17 de junio de 2014
En nuestra sociedad actual el valor que se otorga al cuerpo y la apariencia física ha ido creciendo en importancia con el paso de los años. Por una parte, se observa un ritmo de vida acelerado que promueve la ingesta de alimentos precocinados y en ocasiones un cierto abuso de comida poco sana y una tendencia al sedentarismo. Por otra parte, los medios de comunicación promueven incansablemente la necesidad de tener un cuerpo delgado, firme, sin arrugas, con vientre plano o musculado, etc. Asociando finalmente, de manera más directa, el éxito con una imagen física determinada y vendiendo la idea de que se puede conseguir moldear el cuerpo a nuestro antojo con los productos adecuados.
Pero la insatisfacción no sólo aparece en personas con sobrepeso, si no que debido a los modelos de belleza impuestos en los últimos años, las personas con un peso normal también tienden a sentirse insatisfechas con su imagen corporal muy especialmente en la adolescencia.
A pesar de que algunas empresas empiezan a tener en cuenta su influencia en el desarrollo de trastornos alimentarios en la población, el camino que queda por recorrer es aún largo. Podemos observar campañas poco acertadas, que tal vez pretenden ir en este sentido pero que acaban poniendo básculas y maniquíes de tallas muy pequeñas en sus escaparates.
El ideal de belleza que se transmite es de delgadez, infrapeso, por debajo de un peso sano según criterios médicos. Teniendo en cuenta que las personas estamos programadas genéticamente para mantenernos en un intervalo de peso, no es de extrañar que cada vez observemos más insatisfacción corporal, más malestar asociado al físico y una mayor incidencia de trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia, bulimia y otros trastornos alimentarios no especificados.
La insatisfacción corporal se intenta mitigar o subsanar a través la realización de dietas que no terminan de cumplir el objetivo deseado y que generan más frustración y sentimientos de poca valía personal.
Ha de alarmarnos que un alto porcentaje de adolescentes se muestran insatisfechos con su cuerpo ya que la preocupación o insatisfacción corporal es un importante indicador para diagnosticar posibles trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia.
Los cambios corporales que se producen en la adolescencia pueden no ser bien recibidos puesto que los jóvenes se encuentran una realidad corporal que no coincide con un ideal social enfermo. Las mujeres son las más perjudicadas puesto que en el caso de los hombres el ideal no es tanto la delgadez si no la musculación.
Los refuerzos que se han asociado a la belleza son tales que los jóvenes acaban creyendo que con un cuerpo determinado serán más felices y terminan valorándose de una manera global a partir de su imagen corporal.
Teniendo en cuenta que nuestra imagen corporal es subjetiva, las personas que tienen insatisfacción con su cuerpo acaban deformándola, lo que genera actitudes y conductas más extremas con respecto al propio cuerpo (evitar situaciones en las que pueda ser observado como no ir a la playa o no ponerme manga corta…, dietas, ejercicio excesivo, etc.) que perpetúan el problema.
En SETCA, Servicio Especializado en Trastornos de la Conducta Alimentaria, a través de diferentes talleres y ejercicios trabajamos para que estos jóvenes que padecen trastornos de la conducta alimentaria – como anorexia o bulimia- se expongan a las diferentes situaciones temidas, reevalúen las imágenes que ofrecen los medios de comunicación y reestructuren aquellas cogniciones dañinas referentes al cuerpo, promoviendo una postura no enjuiciadora y de aceptación de si mismos.
¿Qué objetivos buscamos en nuestras terapias?:
Hoy, y a modo de reflexión de esta lectura, queremos animamos a buscar 5 aspectos preciosos de vuestro cuerpo % o muchos más.
¡¡Ánimos a quereros y gustaros!!!!
Saber un poco más sobre qué son los TCA, lo trastornos de la conducta alimentaria
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